“Comenzando el 2012, nos cargamos de expectativas y buenos propósitos. Cada deseo cuenta”
Una de las costumbres más tradicionales que tenemos en Navidad, es la de comernos las 12 uvas en la fiesta de Nochevieja; se dice que esto trae suerte para el año que entra. Algunos son más supersticiosos que otros pero, ¿quién sabe lo que puede dar suerte? En Secuvita, también nos tomamos las uvas, y como todos, tenemos una serie deseos que nos gustaría cumplir. Os relatamos algunos, ya que no tenemos memoria en el ordenador para hacer la lista entera.
Este 2012 nos gustaría…
Tener resultados aún más positivos para el tratamiento de Diabetes, cuya investigación sigue sin descanso con noticias de lo más alentadoras. Vislumbrar una técnica definitiva con c élulas madre para tratar los problemas cardíacos. El aumento de concienciación por parte de los padres de las ventajas que puede tener la conservación de sangre de cordón umbilical. Que todos nuestros niños se curen y crezcan felices sin ningún problema. Que podamos dar la noticia de que por fin hay una cura contra el VIH. Ayudar en la lucha contra la lacra del maltrato doméstico. Que siga en aumento el número de niños que logran superar un cáncer. Favorecer la interacción con los padres para poder crear nueva información útil. Que no cesen los avances con células madre y el resto de mejoras médicas que puedan ayudar a salvar vidas. Seguir con el gran espíritu solidario con el aumento del número de donantes de órganos y tejidos, personas que dan, recibiendo el increíble don de poder salvar la vida a alguien. El aumento de la natalidad: una nueva vida es mucho más que una ventana que se abre. Disminución de la intolerancia de cualquier índole. Y por supuesto, salir de la crisis: una tarea complicada pero en cuya esperanza nos tenemos que apoyar.
Por esto y por muchas cosas más en Secuvita hemos tomado las uvas, echado un anillo de oro en la copa… en otros países se tomaron lentejas, se posieron las maletas a la puerta, se tiró un vaso de agua por la ventana, se quemaron muebles, fundieron plomo a la luz de una vela o se besaron bajo el muérdago.
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