“Desde Secuvita, nos gustaría dedicar unas palabras a esas personas que tanto nos ayudan con los niños cuando tenemos que ir a trabajar o no podernos ocuparnos de ellos”

Actualmente, en la mayoría de los hogares los dos progenitores trabajan fuera de casa, esto hace que, o muchos niños pasen tiempo solos después del colegio, o se opte por encontrar a alguien que se responsabilice de ellos tanto en estas horas como en la época estival. Muchos padres, en vez de buscar a un/a canguro, optan por la opción de los abuelos, personas cercanas y de confianza con las que los niños estarán atendidos y lo más importante: queridos.

Muchos hemos tenido la suerte de pasar tiempo con los abuelos, especialmente en vacaciones: ¿Quién no recuerda esos días en el pueblo?, ¿o cuando el abuelo te subía en el tractor?, ¿cuándo te compraban golosinas y te dejaban comerlas por la noche?, ¿o cuando la abuela te peinaba y echaba colonia? La mayoría de las veces ni siquiera queríamos irnos cuando nuestros padres venían a por nosotros después del verano.

Para Secuvita, estas personas requieren una mención en especial. Son los que están ahí, ayudando de forma continua sin esperar nada a cambio, una sonrisa o un abrazo quizás. Algunas personas los consideran casi como un estorbo y sólo recurren a ellos cuando les resulta necesario. A raíz de esto, desgraciadamente, todos los años nos llegan noticias de cómo personas mayores residen totalmente solas porque alguien las ha olvidado. Esto, confrontado con las imágenes de los simpáticos abuelos paseando a sus nietos por el parque mientras sus hijos trabajan ¿Por qué olvidamos a alguien que tanto ha hecho por nosotros?

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