En abril de 2011 una niña fue tratada por primera vez en los Nuevos Estados Federados de Alemania con las células madre de su propia sangre de cordón. El trasplante se realizó en el Klinikum Obergoeltzsch, en la localidad sajona de Rodewisch. La niña de tres años de edad sufre una lesión cerebral como consecuencia de una hipoglucemia congénita. La sangre del cordón fue conservada por Vita 34 de forma preventiva en el momento de su nacimiento.
Debido a la lesión cerebral, Karina* sufre ataques epilépticos. Además, tiene retraso en el desarrollo del lenguaje. Por ello, en enero de 2011 los padres de Karina se pusieron en contacto con Vita 34. “Existen informes que afirman que hay niños con lesiones cerebrales que progresan si son tratados con su propia sangre de cordón umbilical ”, la madre, Andrea Mueller*, explica esta decisión. “Yo misma tengo experiencia médica y la lógica me decía que una terapia con células madre propias también podría funcionar con nuestra hija”.
“Sabemos por investigación propia e internacional que las células madre de sangre de cordón umbilical son capaces de desencadenar procesos de regeneración en el cerebro” explica el Dr. Eberhard Lampeter, fundador y director médico de Vita 34. “Los mecanismos exactos aún no están claros, pero en muchos casos los padres han referido mejoras claras y repentinas de las capacidades motoras e intelectuales de los niños después del tratamiento”.
A principios de 2011 más de 200 niños con lesiones cerebrales habían sido tratados con células madre de sangre de cordón umbilical en todo el mundo. 6 de ellos habían almacenado la sangre de su cordón en Vita 34.
Lo especial en el caso de Karina es que el trasplante se pudo realizar cerca de su lugar de residencia. Esto fue posible gracias el equipo móvil de células madre de Vita 34. Para ello, dos colaboradores del Banco de sangre acompañaron la sangre de cordón umbilical al hospital y la prepararon in situ en coordinación con el médico. “El equipo de células madre está dotado con un amplio equipamiento técnico, desde una aparato de descongelación hasta una sala blanca móvil”, aclara Lampeter. “Gracias a ello también se pueden llevar a cabo trasplantes de sangre de cordón umbilical en hospitales que no tienen la preparación óptima para terapias con células madre. Además, los padres tienen más libertad en lo que respecta a la elección de la clínica”. La madre de Karina lo confirma: “Estoy agradecida de que no hayamos tenido que desplazarnos lejos para tratar a Karina. De esta forma, 30 horas después estábamos de vuelta en casa”.
Karina ha superado bien la terapia con células madre y sigue estando bajo observación médica. “A tan poco tiempo de la terapia con células madre aún no podemos decir nada sobre su éxito”, afirma Andrea Mueller, que nunca se ha arrepentido de su decisión de almacenar la sangre de cordón umbilical de Karina: “ Volvería a pagar el dinero para ello una y otra vez ”.
(*el nombre se ha cambiado por deseo expreso de los padres).
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