Los celos entre hermanos
son un estado afectivo caracterizado por el miedo que sienten a perder o ver reducido el cariño que sus padres les dan. Es un sentimiento normal, que se puede dar a cualquier edad. Ante la llegada de un nuevo hermano los niños pueden ver amenazada su relación paternal y esto puede inducirles a un comportamiento diferente al habitual.De la noche a la mañana el niño deja de ser el centro de atención de toda la familia a tener que compartir los mimos y atenciones.Algunos consejos os serán útiles para preparar al pequeño:

Comunicación: Cuando el embarazo este ya algo avanzado, para que no se les haga eterna la espera, habrá que comunicar la llegada del nuevo hermano. Mostraremos las partes positivas (un nuevo amigo para jugar, hablar o hacer travesuras) y también algunos de los cambios que se producirán.

El día del parto: Pese a lo emocionante y ajetreado del día, trataremos que no pierda sus rutinas. Y, en la medida de lo posible, que pase el menor tiempo fuera de su casa. Llevarle al hospital, si es lo suficientemente mayor, evitará que se sienta desplazado.

Nuevas responsabilidades: Hacerle partícipe de algunas actividades, haciéndole ver que es un pilar importante para su hermano, le hará encontrar su lugar en la nueva situación. Ayudar en el baño, cantarle una nana, o elegir su ropita.

Prestarle atención: Debéis de prestar la misma atención o más al hermano mayor, para que no se sienta excluido. Preguntarle por las actividades del colegio, leerle un libro al acostarse, o jugar con él son actividades que no deberíais de dejar aparte.A medida que pase el tiempo, y si los celos se manifiestan en forma de mal comportamiento, evitaremos darle demasiada importancia para no potenciar su idea de pérdida de cariño.Las comparaciones entre hermanos también tendrán resultados negativos para ambos. Comentarios como “mira que bien come tu hermano y tú en cambio no comes nada” pueden desarrollar un malestar hacia el otro hermano. En cambio, con la frase oportuna, “¡¡Qué contenta estoy, que te has comido toda la verdura!” evitamos la comparación y el hermano que no ha comido entiende que si come será muy positivo.

Será un gran cambio para toda la familia, pero con paciencia, y mucho cariño, el niño se habituará a él y verá a su hermano como su mejor compañía para juegos y charlas.