Investigadores del Johns Hopkins han probado con éxito el uso de células madre derivadas de células grasas para un tratamiento biológico contra tumores cerebrales en ratones. Esto quiere decir que hay esperanza para poder conseguir los mismos resultados en humanos.

Su estudio, publicado en la revista Clinical Cancer Research, afirma que es posible alargar la vida de los pacientes que han sufrido un glioblastoma (el tumor más común y agresivo a nivel cerebral) tras pasar por el quirófano. Normalmente este tipo de cáncer cerebral se opera y se extrae la mayoría del tumor, pero siempre quedan algunas células tumorales que no son extraídas. La característica peligrosa del asunto es que las células de los glioblastomas son tremendamente ágiles y capaces de migrar rápidamente por todo el cerebro, provocando metástasis con facilidad, por lo que su curación es tremendamente complicada (rozando lo imposible). Pero es posible que con esta nueva técnica cambien las cosas.

Según los científicos del Johns Hopkins, sería posible utilizar células madre mesenquimales, las cuales tienen una habilidad inusitada para combatir el cáncer, a partir de tejido adiposo o graso. Posteriormente, estas células se equiparán con la proteína morfogenética ósea 4 (BMP4 en sus siglas inglesas), una molécula implicada en la regulación del desarrollo embrionario y con funciones anticancerígenas.

Así pues, los investigadores inyectaron estas células madre equipadas con BMP4 a ratones que tenían células de glioblastoma desde hacía semanas. Y, por lo visto, gracias al tratamiento con las células madre los ratones tuvieron un menor crecimiento tumoral, una menor extensión del mismo, y una agresividad menor. Además, las células tumorales migraban menos y su vida se alargó significativamente respecto a los ratones no tratados (de los 52 días normales hasta 76 días, un 50%).

La razón por la que se usan células grasas para crear células madre es que su obtención es poco invasiva y más barata que usar directamente células de la médula ósea (un método de obtención más común, pero más molesto y complicado). Con esta técnica se obtendría un poco de tejido graso del mismo paciente antes de la cirugía del tumor, se manipularía para crear células madre con BMP4, y tras la retirada del glioblastoma se insertarían las células tratadas en el mismo paciente con el objetivo de destruir las pequeñas células tumorales que hubieran podido quedar.

Normalmente, además de la cirugía, el tratamiento de los glioblastomas incluye radioterapia y quimioterapia. Pero incluso usando los tres tratamientos la esperanza de vida, de media, suelen ser 18 meses tras su diagnóstico, por lo que encontrar una forma de alargar más la esperanza de vida es primordial.

Aún así, falta mucha investigación y diversos estudios para comprobar que la técnica es efectiva en humanos. Esperemos que finalmente sea posible.

Fuente: http://www.medciencia.com/