53 familias han podido recurrir a la sangre de cordón umbilical de sus hijos que habían conservado con Vita 34, desde el año 2004.

Cuando se espera la llegada de un bebé y los padres deciden conservar la sangre del cordón umbilical con Vita 34, están asegurando una opción terapéutica muy valiosa para el futuro. En nuestro laboratorio, no solo congelamos la sangre del cordón umbilical. Nos encargamos de extraerla, procesarla y almacenarla adecuadamente para preservar sus propiedades terapéuticas.

Por eso las autoridades sanitarias alemanas certifican que la sangre de cordón que conservamos es un medicamento.

Y bajo esta premisa, un total de 53 familias han podido recurrir desde el año 2004 a la sangre de cordón que tenían conservada en nuestro laboratorio. Es por ello que Vita 34 es el banco privado que más unidades de sangre de cordón ha liberado.

Estas células madre se han utilizado para el tratamiento de parálisis cerebral, autismo y en medicina regenerativa.

La experiencia de un gran banco privado

Ser el banco privado que más unidades de sangre de cordón umbilical ha liberado es una garantía de experiencia y profesionalidad. Y no solo eso: es la más concreta evidencia práctica de la utilidad de las células madre que conservamos y de la calidad de nuestros procesos. Vita 34 dispone de licencia para todo tipo de aplicaciones médicas.

Enfermedades tratadas con células madre

El uso de células madre del cordón umbilical en tratamientos médicos tiene una trayectoria de más de treinta años. El primer trasplante exitoso se realizó en 1989, cuando la Dra. Gluckman trató a un niño con anemia de Fanconi utilizando células madre obtenidas de la sangre del cordón umbilical de su hermano.

Desde entonces, se han llevado a cabo miles de trasplantes utilizando sangre del cordón umbilical.

Actualmente, existen tratamientos estándar con células madre del cordón umbilical, tanto a nivel autólogo (usando la propia sangre) como alogénico (usando sangre de un donante). Además, numerosos estudios están en curso para evaluar el uso de estas células en el tratamiento de enfermedades comunes como la diabetes y el Parkinson, así como en enfermedades cardiovasculares, del aparato digestivo, musculoesqueléticas y autoinmunes.