Un joven de 21 años ha recuperado la movilidad de sus brazos y manos tras sufrir un accidente de tráfico que le dejó tetrapléjico, gracias a un tratamiento experimental con células madre llevado a cabo en el Centro Médico Keck de la Universidad del Sur de California (USC).
El pasado 6 de marzo, Kristopher Boesen, tuvo un grave accidente de tráfico y aunque logró salvar su vida, sufrió una importante lesión en la columna vertebral. El joven estuvo en el hospital conectado a un respirador artificial, y tras estudiar su caso, los médicos informaron a la familia de que las probabilidades de quedarse permanentemente paralizado de cuello hacia abajo eran muy altas.
Sin embargo, Boesen podía participar en unos ensayos clínicos con células madres que podrían cambiar esta situación, aunque debido al carácter experimental del mismo, no era posible predecir los resultados.
A principios de abril, el joven fue operado y recibió 10 millones de células AST-OPC1 en su columna. Dichas células fueron desarrolladas previamente por los laboratorios Asterias Biotherapeutics, en Fremont (California) a partir de células madre modificadas para convertirse en células tipo OPC, encargadas de velar por el buen funcionamiento del sistema nervioso en el cerebro y la columna.
Como informaron los médicos, a las dos semanas, Boesen mostró síntomas de mejora y tres meses después ya era capaz de alimentarse por sí solo, utilizar el teléfono móvil, escribir su nombre y manejar una silla de ruedas eléctrica.
Según el doctor Charles Liu, director del Centro de Neurorrestauración de USC, “Kris ha recuperado su función motora de forma significativa. Para Kris, esto supone la diferencia entre usar tus manos para cepillarte los dientes y manejar una computadora o hacer otras cosas que de otra forma no serías capaz. Así que no se puede subestimar tener este nivel de independencia funcional”.
Este caso es el primer tratamiento de este tipo que ha tenido éxito en California, por lo que a pesar del gran progreso del joven los médicos son cautos a la hora de predecir cuál será la evolución de sus capacidades motoras.
Esta terapia experimental sólo se puede llevar a cabo en pacientes que acaban de sufrir la lesión cervical y bajo su consentimiento.
A Boesen le retiraron la ventilación artificial en tan solo 5 días, dos semanas antes de lo habitual. “Todo lo que he querido desde el principio es la posibilidad de luchar. Si hay una opción de que vuelva a caminar de nuevo haré todo lo posible para conseguirlo”, afirma el joven.
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Fuente e información: http://bit.ly/tratamiento-cm-experimental
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