Como publica “elmundo.es”: “Un primer ensayo en fase 1 ha demostrado que la terapia inmune es segura para tratar la diabetes tipo 1 y evitar que el propio sistema inmune del paciente ataque a sus células productoras de insulina”.

Las primeras pruebas que debe superar un tratamiento antes de generalizar su uso, se llevan a cabo con muy pocos pacientes y tienen por objetivo comprobar que es seguro, y no tanto cuál puede ser su eficacia.

Este ensayo publicado por la revista Science Traslational Medicine se ha realizado a un grupo de 14 personas diabéticas (seis mujeres y ocho hombres recién diagnosticados) que han recibido por primera vez una terapia a base de sus propias células para tratar de controlar la diabetes tipo 1.

Esta modelidad de diabetes es una enfermedad autoinmune, no como la diabetes tipo 2 que normalmente está asociada a la obesidad y a una mala alimentación. La diabetes tipo 1 es habitual en pacientes jóvenes, incluso niños. Los propios elementos del sistema inmune atacan a las células beta productoras de insulina en el páncreas del paciente, debilitando su capacidad para controlar los niveles de glucosa en sangre.

Según Jeffrey Bluestone, de la Universidad de San Francisco, estudios previos no habían tenido un efecto duradero. Sin embargo, en este caso probaron una autotransfusión de células T de los propios pacientes, multiplicadas previamente en el laboratorio. Como explican “con una pequeña muestra sanguínea de los participantes, se obtuvieron millones de células T reguladoras, que se considera que son defectuosas en los pacientes diabéticos porque son incapaces de mantener la respuesta inmune bajo control. Dichas células T se cultivaron en el laboratorio hasta llegar a multiplicar por 1.500 su cantidad y de nuevo se volvieron a transfundir a los pacientes. En los ensayos de laboratorio estas células T multiplicadas también mostraron una mayor actividad que las células T no tratadas”. Sin duda, la buena noticia del ensayo es que “esa inyección no tuvo ninguna reacción adversa en los pacientes, que toleraron bien la autotransfusión y no sufrieron ninguna hiper reacción inmune”. Además, según los investigadores, “un año después, las células T transfundidas aún persistían en el torrente sanguíneo de los pacientes”.

Gracias a estos resultados preliminares,la compañía estadounidense Caladris Pharmaceuticals ha anunciado que está preparnado el inicio de un ensayo en fase 2 para seguir comprobando la eficacia de esta terapia celular en el control de la diabetes tipo 1.

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Fuente e información: http://www.elmundo.es/salud/2015/11/25/5655cce446163f03588b4650.html