Como publica “ abc.es “, un estudio ha demostrado que la inyección intracraneal de unas células bautizadas como “SB623” en pacientes que sufrieron un único ictus hacía ya 6-36 meses no solo no se asocia con ningún efecto secundario, sino que mejora de forma ostensible la capacidad motora de los afectados. Incluso, algunos pacientes que no podían mover sus brazos fueron capaces de hacerlo tras el tratamiento y otros postrados en una silla de ruedas pudieron volver a caminar.

Más de 17 millones de personas en el mundo sufren un ictus o accidente cerebrovascular cada año. Además, actualmente es una de las primeras causas de mortalidad y discapacidad de todo el planeta. Un 30% de los afectados fallece a consecuencia del ictus y hasta un 40% sufre una discapacidad grave. Por este motivo, el estudio, dirigido por  investigadores del Centro Médico de la Universidad de Satanford (EE.UU.) que demuestra la seguridad y eficacia de la terapia con células madre en el tratamiento del ictus es tan importante.

Los investigadores seleccionaron a 18 pacientes con un promedio de 61 años y que habían sufrido un único ictus en la corteza cerebral.  El periodo transcurrido desde el accidente cerebrovascular fue de los 6 meses a los tres años.

Los expertos realizaron un pequeño agujero en los cráneos de los pacientes anestesiados e inocularon las células “SB623” en diversos sitios de la periferia de la zona dañada. Estas células, son células madre mesenquimales que tiene la capacidad de diferenciarse en células de distintos tejidos y que además han sido modificadas previamente para promover su diferenciación en neuronas cerebrales. Tras este procedimiento los pacientes pasaron una noche en el hospital y volvieron a sus casas.

Gracias al seguimiento de los pacientes, los investigadores observaron la falta de efectos secundarios asociados a la terapia con células madre. Solo un 78% sufrieron dolores de cabeza transitorios debido a la técnica empleada para la inoculación de la terapia, es decir la “trepanación” del cráneo, no a la acción de las células “SB623”.

No solo se ha demostrado la seguridad del procedimiento, sino la recuperación de los pacientes que es, sin duda, el gran logro de este estudio.

Gary Steinberg, director de la investigación, afirma que “nuestro estudio es pequeño y fue diseñado básicamente para evaluar la seguridad del procedimiento. Pero los pacientes mejoraron de una forma notable, y esta mejoría no solo fue estadísticamente significativa, sino clínicamente aparente. Habían recuperado de forma visible su capacidad para moverse, algo que no tiene precedentes. Y es que a los seis meses de sufrir un ictus, uno no espera observar ya ninguna recuperación”.

Actualmente, hay  diversos tratamientos eficaces para el tratamiento del ictus, pero para garantizar su eficacia, deben administrarse en las primeras horas posteriores al episodio. Algo que no es necesario con el procedimiento llevado a cabo en el nuevo estudio.

Por otro lado, estudios han demostrado que las células madre mesenquimales una vez trasplantadas, empiezan a morir al cabo de un mes y no sobreviven más de dos meses. En este caso las mejorías en la función motora de los participantes no solo se llevaron a cabo durante los primeros dos meses del estudio, sino que en algunos pacientes se prolongaron más de 24 meses.

Como detalla Gary Steinberg, “es probable que los factores secretados por las células mesenquimales durante el postoperatorio inmediato hayan estimulado la regeneración o reactivación a largo plazo del tejido nervioso circundante”.

La recuperación de la capacidad motora fue independiente a la edad de los pacientes. “Las personas más mayores no suelen responder tan bien a los tratamientos, pero lo que hemos visto es que los pacientes que ya han superado los 70 años también logran una recuperación notable”.

Actualmente son muchas las enfermedades que pueden tratarse con células madre. Si deseas más información sobre la conservación de células madre ponte en contacto con nosotros.

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Fuente e información: http://bit.ly/terapia-ictus