Como publica “ elmundo.es ”, Maricarmen se recupera de un ictus tras someterse a un innovador tratamiento con sus propias células de la médula ósea en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN), el ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los hombres. En nuestro país mueren al año unos 40.000 españoles. Sin embargo, no es la única consecuencia, pues muchos de los afectados sufren invalidez. Por este motivo, el neurólogo Francisco Moniche lleva años trabajando en el autotrasplante de células madre de médula ósea. Un proyecto que actualmente está en fase II y que cuenta con la financiación de las Ayudas a la Investigación en Salud de la Fundación Mutua Madrileña.

Cuando Maricamen llegó al hospital el equipo médico observó que tenía un coágulo, responsable del infarto cerebral, por lo que comenzaron el tratamiento, conocido como fibrinólisis, para deshacerlo. Como no funcionó decidieron abrir la arteria obstruida con un stent, algo que tampoco tuvo éxito. Tras 72 horas el coágulo, milagrosamente, desapareció y el equipo de Francisco Moniche le ofreció someterse a este tratamiento innovador que consistía en emplear sus propias células de la médula ósea para acelerar así la recuperación de la zona del cerebro afectada por el ictus.

Como afirma el neurólogo Francisco Moniche, del Servicio de Neurología Hospital Universitario Virgen del Rocío, que también trabaja en el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), “este tratamiento aún se está estudiando y no se puede utilizar en todos los pacientes. Está en lo que denominamos estudio fase II, en el que se analiza y valora la seguridad del tratamiento, que ya ha sido demostrada, y faltan otras fases para que se pueda hacer en todos los enfermos con ictus isquémicos discapacitantes”, además, “ los pacientes que más se van a beneficiar son los que más secuelas tienen”.

El tratamiento consiste en utilizar células madre de la médula ósea del paciente, extraídas de la cadera, para luego procesarlas en el laboratorio y ponerlas en la zona cerebral dañada y anulada por el infarto.

Los hematólogos son los encargados de extraer y procesar las células en el laboratorio. Gracias a una serie de filtros, en 2 o 3 horas eliminan las células que no interesan para el trasplante, quedándose con las que se aplicarán después. Como explica un neurólogo, este procedimiento “no duele, se hace con anestesia local y, además, se suele hacer en el lado del cuerpo afectado por la parálisis del ictus, que tiene menos sensibilidad”.

Tras ser procesadas y tratadas, las células se inyectan dentro de la arteria que llega al cerebro para que puedan alcanzar la zona dañada. “El objetivo del tratamiento es ayudar al tejido que está alrededor de la zona infartada que sí puede volver a hacer sus funciones, ya que son zonas que asumen las tareas de la dañada, para que el cerebro pueda seguir funcionando. Es un mecanismo cerebral innato que intentamos potenciar implantando células madre de la médula ósea”.

Hasta el momento, este tratamiento sólo se puede aplicar a pacientes con ictus isquémico agudo incapacitante y no puede pasar más de una semana desde el ictus para hacer el autotrasplante, pues el proceso de reparación del cerebro es más receptivo en los primeros días.

Para que los pacientes puedan recibir este tratamiento con células madre, tienen que tener un déficit neurológico grave, es decir, problemas para mover una parte del cuerpo, hablar y recuperar las funciones perdidas. Ante esta situación, los pacientes suelen terminar usando silla de ruedas el resto de su vida.

Gracias a este tratamiento Maricarmen, lleva ya una vida casi normal y poco a poco está aprendiendo a hablar de nuevo. Como explicaba ella misma a través del correo electrónico al diario “El Mundo”, “ha sido un cambio brusco en mi vida, como de la noche a la mañana.Una pesadilla de la que no despierto, aunque es real, existe y, por suerte, estoy aquí”. “Tengo que seguir y adaptarme a la rutina de una madre con dos pequeños, que con siete y ocho años se han adaptado muy bien a mi nueva situación y la ven de una manera muy normal. Todos los días me enseñan algo”. Sin duda, su marido y familia han sido claves en el proceso de recuperación, “mi marido es el consuelo que nunca me falla y mi familia ha sido mi tabla de salvación, mi fuerza y mi gran apoyo. Si estoy aquí, es gracias a la mano de Dios, a los médicos que me han atendido y a mi familia”.

A día de hoy, el equipo de Francisco Moniche ha tratado a 29 pacientes en Sevilla, demostrando así, que el autotrasplante de células de médula ósea es seguro, pues las células son del paciente y no hay rechazo. “Ahora estamos valorando la eficacia clínica. Hay bastantes datos para la esperanza, pero falta demostrarlo en un grupo amplio de pacientes”.

Por otro lado, también están trabajando para saber cuál es la cantidad de células madre de médula ósea que se deben trasplantar. Como explica Francisco Moniche. “la médula ósea de cada paciente es distinta en cuanto a número de células. Por eso, tenemos que estudiar y ver la dosis más adecuada de tratamiento en cada paciente”.

Los primeros resultados se han presentado en el European Stroke Organization Conference y como los ensayos clínicos y los resultados se recogen en un registro y son públicos, son muchos los pacientes y familiares que se han puesto en contacto con el equipo de Francisco Moniche para poder participar en el estudio. Como afirma el experto, “hay que ser muy cautos a la hora de hablar de resultados. Está valorándose y es una esperanza de futuro”.

Cuando se demuestre su eficacia, se podría hacer en muchos hospitales que ya hacen autotrasplante de células de médula ósea en pacientes que tienen leucemia.

Aunque aún queda por pasar una serie de controles de las autoridades sanitarias y monitorizar a muchos pacientes, los primeros resultados del trasplante se empiezan a ver a las 24 horas de la infusión de las células, momento en el que se evalúa por primera vez al paciente. Luego se someten a revisiones a la semana y a los seis meses. Por el momento, entre un 20% y un 30% de los pacientes ya son independientes.

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Fuente e información: http://bit.ly/trasplante-ictus