Vita34-Secuvita pone a tu disposición un análisis específico para recién nacidos y bebés, un screening preventivo que determina su predisposición genética para padecer intolerancias a ciertos alimentos y medicamentos.
¿Sabías que tu bebé podría padecer una intolerancia a algunos alimentos o medicamentos, aunque no se haya conocido ningún caso en la familia? Si se diagnostican con antelación se pueden prevenir o tratar de forma sencilla. Para descubrirlas a tiempo y evitar riesgos para la salud, Vita34-Secuvita cuenta con un avanzado screening preventivo, diseñado en colaboración con ginecólogos, genetistas y pediatras.
Esta prueba estudia las cinco enfermedades más comunes
Enfermedad celíaca (EC), déficit de AAT (alfa-1-antitripsina), sordera inducida por medicamentos, intolerancia hereditaria a la fructosa e intolerancia a la lactosa. Si vas a conservar la sangre del cordón umbilical de tu bebé se puede tomar una muestra en el momento del nacimiento o bien hacerlo más adelante con un sencillo análisis de su mucosa bucal.
Enfermedad celíaca
Es una de las intolerancias más comunes a nivel mundial entre personas genéticamente predispuestas. Afecta al intestino debido a la intolerancia permanente al gluten, un grupo de proteínas presentes en el trigo, centeno, cebada y triticale. La exposición al gluten desencadena una respuesta inmunológica que produce una inflamación en la mucosa del intestino. Atrofia las vellosidades intestinales y disminuye la capacidad de absorción de algunos nutrientes. El único tratamiento, por el momento, es la exclusión de la dieta de estos cereales y alimentos con trazas de gluten. Por eso es importante conocer cuanto antes la predisposición genética a padecer esta intolerancia.
Déficit de AAT (alfa-1 antitripsina)
La AAT es una proteína que se produce en el hígado. Su principal función es proteger el pulmón de infecciones, de agentes externos como el tabaco y de otras sustancias contaminantes e irritantes. En condiciones normales esta proteína pasa de las células hepáticas al sistema sanguíneo. Cuando este traspaso no se lleva a cabo de forma normal se produce una acumulación de la proteína en el hígado, que puede provocar enfermedades hepáticas en niños y adultos y un descenso de AAT en sangre, desprotegiendo a los pulmones. Esta condición se transmite de padres a hijos y afecta a 1 de cada 2.500 personas. Una detección precoz puede evitar enfermedades pulmonares.
Sordera inducida por antibióticos aminoglucósidos
Los antibióticos aminoglucósidos, utilizados desde hace más de 40 años, se concentran de manera muy especial en el oído interno. Esto hace que sean potencialmente perjudiciales para el oído y que puedan provocar sordera en determinadas condiciones. Algunas personas son genéticamente más susceptibles de sufrir este problema. Según las estadísticas, uno de cada 12.000 niños se ve afectado por esta alteración genética. Si ésta no ha sido diagnosticada y se le administran estos antibióticos las consecuencias serían muy negativas.
Intolerancia hereditaria a la fructosa
Es un trastorno por el cual una persona carece de la enzima aldolasa B, necesaria para descomponer la fructosa. Si una persona sin esta sustancia come fructosa o sacarosa sufre una bajada de azúcar en sangre, una hipoglucemia. Se asocia con problemas gastrointestinales, temblores, sudoración y estados comatosos. Los síntomas generalmente se manifiestan ya desde la infancia. Si se pasan por alto se retarda el desarrollo del niño y se dañan el hígado y los riñones. La intolerancia hereditaria a la fructosa es una condición benigna cuando se trata, pero pone en riesgo la vida en ausencia de tratamiento.
Intolerancia a la lactosa
La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos y en muchos alimentos preparados. La lactasa es la enzima necesaria para la digestión de la lactosa. Cuando existe una deficiencia de lactasa de origen genético se produce una pérdida gradual de la capacidad de digerir la lactosa. Las personas con esta intolerancia van notando como la ingesta de leche les causa cada vez más síntomas. Más del 70% de la población mundial padece esta deficiencia. Un diagnóstico temprano permite adoptar medidas preventivas o establecer un tratamiento, siempre bajo las indicaciones del pediatra.
Saber más sobre el test predisposición genética
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