Investigadores de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, han conseguido emplear el sonido, en lugar de la luz, para ver dentro de las células vivas, un logro que se podría aplicar en trasplantes de células madre y en el diagnóstico del cáncer.

Los responsables de este descubrimiento son los investigadores del grupo de Óptica y Fotónica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Nottingham.

Esta nueva técnica de ultrasonido a nanoescala usa longitudes de onda de sonido más cortas que las ópticas, y podría competir con las técnicas ópticas de superresolución que obtuvieron el premio Nobel de Química en 2014.

Estas imágenes de fonón subóptico (sonido) dan información al detalle sobre la estructura, las propiedades mecánicas y el comportamiento de las células vivas individuales a una escala que antes no era posible.

Como afirma el profesor Matt Clark, «la gente está más familiarizada con el ultrasonido como una forma de mirar dentro del cuerpo, y en palabras sencillas lo hemos llevado hasta el punto donde se puede ver dentro de una célula individual. Nottingham es actualmente el único lugar en el mundo con esta capacidad «.

En microscopía óptica convencional, que emplea luz (fotones), el tamaño del objeto más pequeño que se puede ver se encuentra limitado por la longitud de onda. En el caso de los especímenes biológicos, la longitud de onda no puede ser más pequeña que la de la luz azul, pues la energía transportada en los fotones de luz en el ultravioleta es demasiado alta y puede destruir los enlaces que mantienen las moléculas biológicas juntas dañando así, las células.

Por su parte, la imagen óptica de super-resolución también tiene diversas limitaciones en los estudios biológicos, pues los tintes fluorescentes que usa en ocasiones son tóxicos y requieren grandes cantidades de luz y tiempo para observar y reconstruir una imagen, un aspecto que es perjudicial para las células.

En cambio, el sonido no tiene una carga útil de alta energía, por lo que los investigadores han podido utilizar longitudes de onda más pequeñas y como consecuencia ver las cosas más pequeñas y llegar a resoluciones más altas sin dañar la biología celular.

Según Clark, «una gran cosa es que, al igual que el ultrasonido en el cuerpo, el ultrasonido en las células no causa daños y no requiere productos químicos tóxicos para trabajar. Debido a esto podemos ver dentro de las células que un día podrían ser puestas de nuevo en el cuerpo, por ejemplo, como trasplantes de células madre”.

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Fuente e información: http://bit.ly/sonido-celulas