“La mayor parte de la sociedad no es experta en los términos que designan los avances médicos. Muchos se quejan de un exceso de información que apenas pueden lograr entender y aquí es cuando surgen las dudas y la desconfianza”
Para que todos podamos entender, las células son para el cuerpo como el motor lo es para un coche: algo imprescindible para el correcto funcionamiento. Las células madre, en concreto, son pequeñas unidades de vida a las que apenas prestamos atención, pero sin las cuales nuestro organismo no podría ni formarse ni sobrevivir.
Entre sus habilidades especiales destacan la capacidad de transformarse en células especializadas que formarán cualquier órgano o tejido y multiplicarse, generando células idénticas a ellas.
Así, son las responsables de regenerar o sanar los tejidos dañados. Por ejemplo, cuando nos golpeamos y nos sale un moratón, son las encargadas de ayudar a restablecer el equilibrio del músculo o cuando sufrimos alguna quemadura, son las encargadas de la regeneración de la piel.
Como en todos los motores, puede suceder que éste se vea afectado por algún tipo de dolencia. A un motor pueden fallarle algunas piezas, a veces, las células del cuerpo se encuentran con problemas en forma de enfermedades que tratan de destruirlas y acabar así con la función que realizan. Si esto ocurre, el sistema inmunológico se ve seriamente afectado y el motor interrumpe su labor.
Hace unos años este problema no tenía solución, hasta ahora cuando se ha visto que la respuesta era tan simple como cuando limpiamos una pecera: cambiamos el agua desgastada por agua limpia y nueva. La pecera es nuestro cuerpo y el agua son las células dañadas que se deben cambiar por otras células sanas que ayuden a recuperar el equilibrio. Las más conocidas para este tipo de tratamientos son las células embrionarias, las que se localizan en la médula ósea y las conservadas del cordón umbilical. Estas últimas cuentan con muchas ventajas y un alto grado de eficacia ya que soy muy jóvenes y vitales y, al haber estado protegidas en la placenta, están libres de virus o contaminación.
El tema puede ser realmente interesante, pero se corre el riesgo de recibir una información que no es correcta. Por ello, en caso de querer “saber más” es importante acudir a los verdaderos especialistas.
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