El último número de la revista Pediatría Integral de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria explica como portear a nuestros bebés tiene muchos beneficios, siempre que se haga con seguridad. Así lo recoge hoy la publicación ABC.es.

Este sistema de transporte tradicional permite un contacto constante y directo entre el bebé y el adulto favoreciendo el apego. Si se una correctamente respeta la fisiología y fisionomía del bebé y del adulto, favorece la prevención de la aparición de la plagiocefalia postural y la displasia de cadera, mejora la calidad de vida en madres con minusvalías físicas, ayuda al cuidado de bebés prematuros con alta precoz, etc. Al bebé le ofrece seguridad, tranquilidad, favorece la expulsión de gases y deposiciones, alivia el reflujo y disminuye el llanto. Además, al porteador le ofrece autonomía, movilidad y favorece la lactancia materna”.

¿Quieres conocer las normas que la SEPEAP ofrece para un porteo seguro?

1. El portabebés utilizado debe ser ergonómico. Es decir, que respete la fisiología y fisionomía del bebé y del adulto.

2. Colocar al bebé en vertical, ya que en posición tumbada no se pueden mantener las rodillas separadas una de otra. Además los bebés con reflujo van incómodos tumbados.

3. Para una correcta posición de la espalda y caderas, la cadera del bebé ha de ir basculada hacia delante, con su periné parcialmente apoyado en el adulto, no apoyando el pubis completo.

4. El portabebé ha de ir bien tenso, dando apoyo a todos los puntos de la espalda (si el bebé cae a un lado o se redondea en exceso, habrá que volver a tensar).

5. La cabeza del recién nacido o de un bebé dormido, ha de ir firme pero suavemente sujeta contra el cuerpo del adulto.

6. La barbilla tiene que ir separada del esternón para evitar riesgo de asfixia por bloqueo de vía aérea. En la nariz del bebé ha de haber espacio para que circule el aire, incluso si el bebé va con la frente apoyada en el adulto.

7. La región abdominal del bebé ha de estar en contacto con el cuerpo del adulto, nunca el costado o la espalda. Así, el cuerpo del adulto evita que la cabeza del bebé se flexione hacia su pecho, evitando el riesgo de asfixia.

8. La cara del bebé siempre tiene que estar visible.

9. El adulto ha de estar muy pendiente de que la boca y nariz no pegan contra el cuerpo del adulto y de que la respiración del bebé es rítmica.

¡Tomad nota papás!

Fuente e información: http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20150317/abci-pediatras-porteo-consejos-201503111216.html