Realizar actividad física durante el embarazo es muy importante. Hoy os hablamos de la natación, el deporte por excelencia para las futuras mamás.

En el agua, te sentirás ligera y relajada, a pesar de la tripita y, por un rato, dejarás de notar la tensión de la espalda.

La ingravidez y flotación que proporciona el medio acuático favorece la libertad de movimientos, permitiendo así que la madre adopte posturas que, en tierra firme, sería imposible. La natación aumenta la flexibilidad, debido a la falta de gravedad, y facilita la movilidad. Además, la presión del agua reduce el riesgo de lesiones, tanto en la madre como en el bebé.

Beneficios

Las articulaciones sufren menos debido a la sensación de liviandad, que permite que éstas se liberen.

El cambio de posición, a horizontal, permite que el peso del cuerpo se reparta, evitando la sobrecarga en una zona en particular y estimulando la circulación sanguínea, previniendo varices, hinchazón y calambres.

Mejora el sistema cardio-respiratorio, ya que es una actividad aeróbica y, por tanto, el trabajo es sin fatiga.

Es uno de los deportes más completos, pues proporciona tonicidad a los músculos de la espalda, brazos, zona abdominal y piernas.

Facilita la relajación de las zonas más sobrecargadas durante el embarazo, como por ejemplo, la cintura.

Controlaréis vuestro peso, además de sentiros ágiles y activas.

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