Los cólicos son muy frecuentes entre los recién nacidos, sobre todo a partir de la segunda semana de vida. Los bebés que sufren cólicos están muy sensibles ante cualquier estimulación, por lo que es importante que los padres mantengan la calma y transmitan tranquilidad al pequeño. Señales que nos indican que nuestro peque sufre cólicos
El cólico normalmente aparece de forma repentina y siempre a la misma hora del día, sobre todo entre las 18h y 00h. Nuestro bebé llorará durante largos periodos de tiempo y no responderá a estímulos tranquilizantes que en otro momento si le relajan. Encogerá sus piernas, cerrará sus manitas y se pondrá colorado, mostrándose agitado e inquieto. Su vientre se endurecerá y no podrá expulsar los gases y evacuar las heces. Tendrá dificultad para conciliar el sueño y se despertará con gran facilidad.
¿Y cómo podemos aliviar el cólico?
Cada niño es un mundo, por lo que es importante observarle y adoptar las medidas adecuadas para calmarle.
Mecer a nuestro bebé en nuestros brazos es una de las medidas más efectivas. Si le mantienes en posición vertical le ayudarás a expulsar gases y disminuir la acidez. Puedes utilizar una mochila portabebés y pasear con él, incluso ponerle en una tumbona para niños, siempre incorporado. El movimiento, acompañado de una nana o música suave (clásica, por ejemplo) te ayudará a calmarle, igual que el chupete. Los masajes contra cólicos también son fundamentales. Coloca tus manos sobre su abdomen y realiza movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj. Los masajes en la espalada también le ayudarán, incluso tumbarle y mover sus piernecitas como si fuera en bicicleta. Dale un baño templado y relajante, haz que se sienta confortable.
Y por último, pero no menos importante, debes mantener la calma e intentar minimizar tu fatiga y agotamiento y sobre todo acudir a tu pediatra.
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