“La proximidad de las fiestas navideñas hace que todos nos centremos en los regalos, los dulces y las cenas. Armados con nuestra tarjeta de crédito, olvidamos muchas veces a quien no tiene una tan Feliz Navidad”
Mientras comenzamos a sacar las bufandas y los gorros del fondo del armario, también en Secuvita notamos cómo se impregna en el aire un ambiente que huele a turrón y a mazapán; las calles se llenan de luces y del sonido incesante de los villancicos que salen de las voces de los niños y de sus panderetas. Todas las tiendas anuncian que la Navidad ya está aquí. Una época en la que se busca la paz, el amor, el reunirse con la familia, la solidaridad… da la sensación de que este concepto está algo olvidado.
Cuando llenamos el coche de regalos cargados de ilusión, no podemos evitar pensar que algunos niños no podrán decorar el árbol en su casa, ni tampoco podrán coger caramelos en la cabalgata de Reyes ni levantarse corriendo para poder ver sus regalos. Nos referimos a los niños que se ven obligados a pasar esta época de fiesta no en su hogar, sino en la cama de un hospital. Para muchos, el mejor regalo que pueden obtener es el tejido para un ansiado trasplante, como un riñón, o células madre, o un corazón… Lo cierto es que cada uno tiene su propia historia que contar detrás de esa sonrisa que parece nunca cansarse, pese a las circunstancias.
Lo maravilloso es que cada año hay una mayor concienciación al respecto: todo el personal médico del área infantil de los hospitales trata de recrear un hogar para que también los pequeños puedan sentir las fiestas. Espectáculos con comediantes, o la visita de algunos de sus ídolos, son los ingredientes para tratar de subir su ánimo.
Desde Secuvita queremos rendir un homenaje a estas pequeñas grandes personas que son valientes día a día; y agradecer cada día todo lo que tenemos, porque lo esencial, lo que constituye la vida, son las pequeñas cosas que podemos disfrutar a diario y a las que apenas prestamos importancia, teniendo en cuenta que algunas personas no pueden hacer lo mismo. Ellos al fin y al cabo, son unos luchadores.
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