En 2007, Frances Everall, una pequeña de sólo cuatro años de Auckland, se convirtió en la primera niña de nueva Zelanda en disponer de la sangre de su propio cordón umbilical para ayudarle en su batalla contra el cáncer. El 16 de septiembre de 2010, se publicó la historia de cómo su familia luchó por su vida.
El libro y DVD, titulados “Saving Frances – beating cancer with courage and cord blood” (“Salvando a Frances – venciendo al cáncer con coraje y sangre de cordón”) narran la dura lucha de la familia de Frances contra la enfermedad que casi se lleva la vida de la pequeña y hablan sobre la sangre de cordón que le salvó.
Con sólo cuatro años, a Frances se le diagnosticó un Neuroblastoma en estadio 4 (un cáncer del sistema nervioso). Los médicos dijeron a los padres que, si el cáncer no acaba con su vida, probablemente el tratamiento lo haría, por lo que la mejor opción era que se la llevaran a casa a morir.
La portavoz de la familia, Kristina Anderson, cuenta que la familia no tenía antecedentes de cáncer y quedaron totalmente devastados cuando les anunciaron el pronóstico, especialmente cuando les dijeron que Frances no iba a sobrevivir.
“Pero, no estábamos preparados para rendirnos, así que con la ayuda de la sangre de cordón de Frances, que habíamos conservado cuando nació en 2002, nos preparamos para combatir la enfermedad. Durante los siguiente 8 meses, Frances afrontó 6 ciclos de quimio, ocho horas de cirugía para extirpar el tumor de 13 centímetros y después radioterapia. Cuando el tratamiento terminó, Frances estaba muy enferma, sin capacidad de luchar contra la infección o de recuperarse”.
Pero, gracias a que los padres de Frances habían conservado su sangre de cordón umbilical cuando nació, pudieron utilizarla, sin riesgo de rechazo, para reconstruir su sistema inmune después de tratar el cáncer.
Le hicieron una simple infusión intravenosa en el Hospital Starship Children y una semana después había mejorado dramáticamente. Tres semanas después del trasplante abandonó el hospital.
“Este mes hará ya tres años del trasplante de su sangre de cordón y estamos felices de que ahora juegue con muñecas y disfrute escuchando las canciones de Lady Gaga en lugar de luchar contra el cáncer”.
Kristina piensa en otros niños que fueron tratados de Neuroblastoma y que por no tener conservada su sangre de cordón, hoy no están aquí.
“Nunca sabes qué va a pasar en el futuro a tu hijo. Tenemos claro que haber conservado la sangre de Frances salvó su vida. Pensamos en ello como en un seguro de incendios – la posibilidad de que tu casa se queme es muy remota, pero si lo hiciera, estarías encantado de haberlo contratado. Ahora estamos compartiendo nuestra historia para que otros padres que esperan un bebé sepan que conservar la sangre de cordón de su bebé podría ser una decisión que salvará su vida ”.
Los beneficios del libro y el DVD irán a parar a la Cord Blood Foundation, cuyo objetivo es concienciar a la población sobre las terapias con sangre de cordón y los avances científicos, así como ofrecer ayudas a familias que buscan tratamientos con sangre de cordón umbilical.
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