“Creo que todavía tengo que pensarlo más”
Después de un rato de camino con poco tráfico, algo muy raro para una mañana en Madrid, llegaron a un edificio plateado con apariencia futurista. -¿Nos hemos equivocado?- preguntó Marta observando lo que se le antojó un cuartel general de la NASA o algo por el estilo. Pablo no respondió, se limitó a asentir y bajar del coche para ponerse en camino. Casi podía sentir cómo la sangre golpeaba las venas de Marta al compás que se aceleraban los latidos de su corazón, cuando estaba nerviosa, se notaba.
Entraron en la oficina, donde predominaba la luminosidad y había fotografías de personal de laboratorio trabajando y de niños. Marta miró fijamente las caras de los niños pensando en si la carita que vería en unos meses sería parecida.
– Esto de las células madre del cordón umbilical…¿de verdad sirve para algo?, ¿o es otro timo?- preguntó Marta antes casi de sentarse, quería respuestas y las quería ya. El asesor que les atendió sonrió diciendo que no era la primera vez que le hacían esa pregunta y que intentaría resolverla de la mejor forma posible.
Primero les informó sobre la empresa: Secuvita, cuándo se había fundado, por qué, cuáles eran sus objetivos… etc. Después les contó en qué consistía la conservación de las células madre de cordón umbilical: una acción fomentada por diversos estudios en medicina, las enfermedades que por el momento se podían tratar, las ventajas, la falta de riesgo al extraer la muestra de sangre… Mostró una tabla con los trasplantes realizados con sangre congelada en el Banco alemán de Secuvita junto con datos de los niños sometidos al tratamiento.
Marta y Pablo escucharon muy atentamente formulando alguna pregunta que les venía a la mente. Después, les enseñaron el contrato y el kit de extracción. Ambos tenía esa sensación que uno siente cuando ha recibido mucha información que le era desconocida, parece que tienes mil preguntas y a la vez ninguna. Así que decidieron llevarse toda la información, pensarlo bien y hacer una lista con sus dudas. El asesor les indicó que podían contactar sin problema y sin necesidad de gastar un céntimo: – Si están en el trabajo y de repente les surge alguna cuestión pueden hablar con nosotros mediante el chat online o les podemos llamar nosotros si así lo prefieren.
-¿Qué piensas?- preguntó Marta de vuelta al coche. – Pues creo que deberíamos leer todo con calma, resolver nuestras dudas y tener toda la información posible para poder elegir lo que será mejor para el bebé -respondió Pablo.
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