Es importante enseñarles hábitos alimenticios desde muy pequeños y una forma divertida y original es preparando la comida con ellos, o haciéndosela lo mas apetecible posible.

La hora de la comida puede convertirse en una pesadilla para los niños y para los padres. Para lo que nosotros es un rico plato que ha llevado horas de preparación para ellos puede ser el motivo de una larga rabieta.

La clave está en la variedad, evita que coman siempre el mismo plato. Por ejemplo, si preparas unas acelgas puedes combinarlas con bechamel, queso o puré de patatas. Y con la fruta haz lo mismo, mezcla distinta frutas, o combínalas con yogur.

Deja volar tu imaginación y utiliza cortadores de galletas para crear figuras originales en los sándwiches o para presentar el arroz en el plato. Para estimular las ganas de comer del niño incluye en las comidas diferentes sabores, colores y texturas.

Es muy normal que los niños rechacen probar sabores nuevos, por ello debes introducir nuevos alimentos poco a poco. Utiliza tu lado más creativo y haz platos con formas y mucho color. Intenta que tu hijo asocie la comida con algo divertido y no solo como algo que alimenta.

Muchas veces los niños rechazan la comida porque no saben que lleva. Involucrarlos en la cocina, mientras hacemos originales platos, hará que comer sea un momento especial para ellos.

¡Y por último no olvides la merienda! Parece una comida de relleno pero es fundamental en la dieta de un niño. A la hora de la merienda, les hace falta una recarga importante de energía, por lo que se deberán suministrar alimentos que contengan, sobre todo, azúcares (fuente de energía), proteínas (para la construcción del organismo) y vitaminas.

Todos los platos en nuestra revista Mejores Padres.

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