De unas pocas células de la piel a un «mini riñón» humano por obra y gracia de la medicina regenerativa. Este «milagro» científico lo acaba de conseguir un equipo español del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), dirigido por Juan Carlos Izpisúa. Lo han hecho utilizando células madre embrionarias y células iPS tras reprogramar células humanas de la piel de dos pacientes aquejados de una enfermedad renal que provoca la aparición de quistes en el riñón.

La estructura tridimensional generada en el laboratorio no es como un riñón humano en miniatura; aún no reproduce la complejidad del órgano humano en su totalidad. Son «mini» sistemas colectores renales, con los que se ha demostrado por primera vez que se pueden generar tejidos renales en el laboratorio. Se trata, por tanto, del primer paso para crear un riñón humano a partir de células del propio paciente, listo para trasplante y sin riesgo de rechazo. Este impulso clave en el campo de la regeneración renal se publica en la revista «Nature Cell Biology».

Desde que se descubrió una fórmula eficaz y sin reparos éticos de transformar las células de la piel en cualquier otro tipo de célula (neuronas, células del corazón, hepáticas, de la retina…) varios grupos de investigación han conseguido crear nuevos tejidos y estructuras humanas. Así se han podido generar yemas de hígado o «mini cerebros». Sin embargo, hasta ahora se había tenido poco éxito en convertir células madre en células renales. De ahí la importancia del trabajo del grupo español.

Juan Carlos Izpisúa lo explica para ABC desde su laboratorio en el Instituto Salk, en La Jolla (Estados Unidos), donde compagina su investigación con el CMRB: «El riñón era, hasta la fecha, el único órgano del que no se habían conseguido generar células de forma eficiente a partir de células madre humanas. El valor de generar mini hígados o minicerebros de otros investigadores fue crear esa estructura tridimensional en sí misma. En nuestra investigación la novedad es doble, por un lado obtenemos un protocolo sencillo para conseguir células del linaje renal y por el otro demostramos que son capaces de formar estructuras tridimensionales».

Sólo cuatro días de cultivo

Ese protocolo permitió convertir las células madre en células progenitoras del sistema de filtración y colección renal en tan sólo cuatro días de cultivo. Una vez logradas, estas células se volvieron a cultivar en una estructura de riñón embrionario de ratón. El resultado fue otra estructura tridimensional, similar a un riñón embrionario humano.

Con este «mini riñón» se tiene ahora un modelo fiel de la enfermedad poliquística renal para poder estudiar esta grave dolencia y probar fármacos nuevos como si se ensayara en el propio paciente. Pero la meta es conseguir órganos funcionales para trasplante.

Generar un riñón completo no es fácil porque el órgano posee una estructura muy compleja. Una de las opciones con las que trabaja el grupo de Izpisúa es utilizar un molde que reproduzca el riñón, a modo de esqueleto, para después repoblarlo con células. «El problema es que para cubrir ese andamio o esqueleto necesitamos ser capaces de generar las células adecuadas y hasta ahora nuestro trabajo ha sido el único capaz de llegar tan lejos, pero aun nos queda un largo camino por recorrer. Antes de correr hay que saber andar», apunta.

Regenerar desde el interior

El equipo del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona tiene ahora dos metas inmediatas. Por un lado, generar nefronas (células renales) totalmente humanas en el laboratorio para acoplar con el sistema colector que ya han generado y, por otro lado, inducir la regeneración del riñón directamente. Eso significaría que no sería necesario crear nuevo tejido para trasplantarlo, sino que se podría reparar el riñón dañado con un medicamento. «El hecho de haber descubierto las señales necesarias para generar estas células en el laboratorio, nos ha abierto un campo increíble para estudiar la regeneración renal endógena, con moléculas capaces de regenerar el riñón», detalla el investigador.

Este grupo trabaja ya en esta vía con los urólogos del Hospital Clínic de Barcelona.

La revolución de la medicina regenerativa

Apenas han pasado once años desde que el japonés Yamanaka descubriera cómo una célula adulta puede dar marcha atrás en su reloj biológico y transformarse en cualquier tejido humano. Esta teoría probada con éxito en el laboratorio ha dado ya el paso a la experimentación humana. La comunidad científica espera con ansiedad los primeros resultados de varios ensayos clínicos con esta tecnología que avanza más rápidamente que ningún otro campo.

La primera enfermedad que se está estudiando en pacientes es la degeneración macular asociada a la edad, la principal causa de ceguera en el mundo occidental.

Cada día se anuncian nuevas técnicas más eficientes y seguras para generar células iPS, la llave maestra para generar tejidos humanos. Nuevos avances, como el que acaba de dar el grupo español, que abren una esperanza a pensar en pocos años que tendremos una medicina personalizada y de vanguardia.

Fuente e imagen: http://www.abc.es/sociedad/20131117/abci-mini-rinones-201311171541.html