Como publica “rtve.es”, un equipo internacional de científicos, encabezado por el español Juan Carlos Izpisua, ha descubierto que la expresión intermitente de genes asociados con un estado embrionario puede revertir los signos del envejecimiento y ha logrado gracias a la reprogramación celular que células de piel humanas cultivadas en el laboratorio rejuvenezcan en su aspecto y funcionamiento.
Los expertos han empleado esta técnica en ratones modificados, y han logrado contrarrestar los signos de envejecimiento, aumentar la vida de los animales en un 30%, mostrando además, una mejora sistémica en la capacidad de regeneración del páncreas y de los músculos.
Sin duda, esta investigación, aproxima a los expertos a entender cuáles son los procesos celulares implicados en el envejecimiento, incluso a posibles enfoques terapéuticos que ayudarían a mejorar la salud humana y aumentar la longevidad.
Según Izpisua, profesor del Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk y Catedrático Extraordinario de Biología del Desarrollo de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), “nuestro estudio demuestra que el envejecimiento no evoluciona en una sola dirección, tiene plasticidad, y modelando adecuadamente el proceso, el envejecimiento puede revertirse».
«Obviamente, los ratones no son humanos y sabemos que será mucho más complejo rejuvenecer a una persona. Pero este estudio demuestra que el envejecimiento es un proceso muy dinámico y plástico, y por lo tanto será más susceptible a las intervenciones terapéuticas de lo que pensábamos anteriormente».
El doctor Pedro Guillén, fundador de Clínica CEMTRO y coautor del artículo, explica que este trabajo ha conseguido convertir células con una edad determinada en células más jóvenes. Como afirma, «nosotros estamos intentando investigar para mejorar la calidad del ser humano ya que uno de los grandes problemas de la humanidad es el envejecimiento».
El estudio de la reprogramación celular, (factores Yamanaka) dio una pista sobre cómo detener o revertir el envejecimiento, pues los científicos pueden convertir cualquier célula adulta en una célula madre pluripotente (iPSC).
Las células iPSCs, igual que las células madre embrionarias, tienen la capacidad dividirse de forma indefinida y convirtiéndose en cualquier tipo de célula de nuestro cuerpo. Según Alejandro Ocampo, primer autor del artículo, “todos los grupos de investigación que trabajamos con células madre hemos observado que cuando se induce la reprogramación celular, las células parecen más jóvenes».
La siguiente pregunta que se hicieron los investigadores fue si podían inducir este proceso de reprogramación en un animal vivo. Para saber si era posible inducir este proceso de reprogramación en un animal vivo, los expertos se centraron en el estudio de la progeria, una enfermedad rara que provoca el envejecimiento prematuro del organismo.
Quien padece esta enfermedad presenta signos evidentes de envejecimiento como daños en el ADN, disfunción orgánica o una vida muy corta. Además, las modificaciones en el ADN responsables de la regulación de los genes y su protección en estos organismos, las llamadas marcas epigenéticas, están desreguladas de forma prematura. Dichas marcas son modificadas mediante la reprogramación celular.
Empleando células de la piel de ratones con progeria, el equipo de expertos indujo los factores de Yamanaka durante un corto periodo de tiempo. Más tarde, estas células mostraron la reversión de muchas muestras de envejecimiento (rejuvenecieron), pero no lo suficiente como para perder su identidad como células de la piel.
Según Pradeep Reddy, co-primer autor del trabajo, «en otros estudios, los científicos han reprogramado completamente las células, volviendo hacia atrás hasta convertirse en células madre, pero nosotros hemos demostrado, por primera vez, que expresando estos factores por un corto periodo de tiempo, se puede volver hacia atrás, revertiendo los signos del envejecimiento celular, pero manteniendo la identidad de la célula».
Tras estos resultados, los expertos emplearon este mismo método de reprogramación corta en periodos cíclicos en ratones vivos con progeria y observaron que los ratones reprogramados parecían más jóvenes que los no tratados. Su función cardiovascular y la de otros órganos mejoró y además, vivieron un 30% más de tiempo que los no tratados y sin desarrollar cáncer.
Según Paloma Martínez-Redondo, co-primera autora del artículo, «este trabajo muestra que los cambios epigenéticos participan en la evolución del envejecimiento y nos da una visión muy interesante de las vías que pueden ser modificadas para retrasar el envejecimiento celular».
Por último, los investigadores se centraron en ratones normales envejecidos. En este caso, la inducción cíclica de los factores de Yamanaka provocó una mejora sistémica en la capacidad de regeneración del páncreas y el tejido muscular. El páncreas y los músculos lesionados cicatrizaron más rápidamente en ratones envejecidos tratados, indicando así, una mejoría en la calidad de vida mediante la reprogramación celular.
El trabajo y los investigadores que han realizado este estudio han sido financiados por los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (Premio Nacional de Servicios de Investigación Ruth L. Kirschstein) Asociación de Distrofia Muscular, Fundación Alfonso Martín Escudero, Fundación Hewitt, Fundación Memorial Uehara, Fundación Nomis, Universidad de California, San Diego, Fundación de Caridad G. Harold y Leila Y. Mathers, The Leona M. y Harry B. Helmsley Charitable Trust, Fundación Glenn, Universidad Católica de San Antonio de Murcia (UCAM) y Fundación Dr. Pedro Guillén.
Actualmente son muchas las enfermedades que pueden tratarse con células madre. Si deseas más información sobre la conservación de células madre ponte en contacto con nuestros expertos.
Fuente e información: http://bit.ly/envejecimiento-celular
Deja tu comentario