“Continúan las investigaciones sobre el hallazgo de nuevas fuentes de células madre útiles para el uso posterior”

Cuando oímos hablar de células madre, inmediatamente se nos viene a la cabeza círculos que ondean sin un rumbo fijo en el interior de nuestro cuerpo, casi muy bien sin saber qué hacen. ¿Están dando una vuelta y no encuentran un taxi que les lleve a su destino? Sin saber, que estas pequeñas células tienen muchísima importancia para la supervivencia: son fuentes de vida que llevaban mucho tiempo pasando desapercibidas sin aprovecharse. Gracias a los avances en medicina regenerativa, se ha estipulado que el tratamiento con células madre puede ayudar a combatir algunas enfermedades como la leucemia y el mal de Crohn.

Las células más “polémicas” son las extraídas del embrión, una cuestión un tanto peliaguda que lleva a ciertos planteamientos éticos y a opiniones de todo tipo sobre su uso adecuado o no.

Después de varias investigaciones, también se ha producido la localización de una fuente muy importante de células madre en el colon, las cuales, denominadas CoSCs, se encargan de regenerar las capas internas del intestino. Desde hace años se había intuido la existencia de las mismas, pero no estaba claro cuál era el punto de localización exacto, o si serían útiles para su posterior tratamiento. En España, un equipo de investigación Biomédica (IRB) de Barcelona, ha logrado localizar con exactitud el punto de estas células y aislarlas para su posterior reproducción e investigación, logrando así la posibilidad de aprovecharlas para futuros usos terapéuticos.

Otra revelación de lo más interesante ha sido el nuevo uso que se le está dando a las células madre localizadas en la piel de una persona adulta. El Centro Nacional del Corazón en Singapur, está llevando a cabo una investigación que consiste en el uso de este tipo de células para la regeneración del tejido del músculo del  corazón, lo cual es muy favorables para casos de dolencia cardiaca como un infarto.

Pero, sin duda, una de las más conocidas y prometedoras fuentes de este tipo de células, son las extraídas de la sangre del cordón umbilical del recién nacido, un recurso muy rico del cual se obtiene un gran número de células útiles, jóvenes, sanas y muy vitales.

Las investigaciones siguen su curso sin descanso y parece que no hay un día en el que nos despertemos con buenas noticias sobre estas células. Tratamientos en parálisis cerebral infantil, diabetes tipo 1, leucemia… Se están dando grandes pasos, así que esperemos que en un futuro (no muy lejano) se pueda echar un pulso a enfermedades que hasta ahora no tenían tratamiento.