“Los profesionales médicos ponen la mirada hacia los avances en medicina regenerativa para la cura de algunas enfermedades que aún no habían encontrado tratamiento efectivo”
Durante los últimos 50 años, se ha producido una revolución entorno al mundo de la medicina. Impulsada por los nuevos conocimientos sobre las células madre y en su capacidad de convertirse en células de diferentes tejido, el camino de la medicina regenerativa cada vez es más largo y amplio, siendo un tipo de tratamiento menos limitado y con menor riesgo para el paciente.
La medicina regenerativa en sí, consiste en la autorreparación de los tejidos dañados del organismo. Se trata de reemplazar las células dañadas por otras sanas utilizando mecanismos similares a los que de forma natural se usan para la renovación de grupos de células que van envejeciendo y que deben ser sustituidas por otras que suplen su función. Una de las técnicas más habituales en cuanto a medicina regenerativa consiste en realizar un trasplante con células del propio paciente o de algún donante compatible; de esta forma, el cuerpo puede eliminar las células que causan la dolencia para darle la bienvenida a las que ayudan a curarlo, algo así como una limpieza del organismo.
Es cierto que cada caso es diferente y no se puede predecir con exactitud la velocidad con la que el cuerpo asume el cambio (se cura), y todo depende de la rapidez de instauración del daño o degeneración, es decir, la propagación de la enfermedad. Por lo que la regeneración con células madre, no ocurrirá de la misma forma en pacientes que padecen una enfermedad mucho más desarrollada que en otros cuyo diagnóstico ha sido temprano.
Llegados a este punto y tras varios conceptos como medicina regenerativa y células madre, lleva el cuestionarse para qué sirve todo esto. En principio se estima, para poder restaurar o mejorar la función de órganos y tejidos lesionados por enfermedades o traumatismos. Entre los pacientes más tratados, los que están sufriendo enfermedades de tipo degenerativo que se asocian irremisiblemente al incremento de la esperanza de vida mundial y al envejecimiento de la población, especialmente en el mundo desarrollado.
Entre las enfermedades en las que se plantean posibles beneficios, se encuentran las cardiovasculares, las arteriopatías periféricas, enfermedades neurológicas degenerativas, diabetes mellitus, enfermedades y lesiones óseas, y lesiones de la córnea, entre otras. Por ejemplo, se han realizado varios trasplantes con células madre extraídas del cordón umbilical a pacientes con parálisis cerebral, demostrando así que la enfermedad puede remitir con este tipo de medicina que no resulta agresiva para el paciente.
Después de ver y comprobar todo esto, no cabe duda de que tanto la medicina regenerativa como el uso terapéutico de las células madre forman parte de los nuevos grandes descubrimientos, los cuales sin duda, marcarán una línea a seguir en los nuevos tratamientos médicos.
Deja tu comentario